Promoción de mujeres conductoras en el transporte público: Beneficios de la implementación

El pasado 4 y 5 de julio se llevó a cabo en Chihuahua el 29º encuentro de la Asociación Mexicana de Autoridades de Movilidad (AMAM). Esta iniciativa que surgió en 2017 busca acercar a gobiernos estatales y municipales con el apoyo del Instituto de Recursos Mundiales México A.C. (WRI México) y la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones, A.C. (ANPACT), con el fin de mejorar la movilidad y el transporte público en México. Actualmente cuenta con la participación de 28 estados miembros y 7 municipios, los cuales se reúnen cada 4 meses para establecer una agenda en pro de la movilidad y compartir experiencias.

Steer fue invitado por la GIZ y WRI para participar en la comunidad de práctica, un espacio destinado a mostrar proyectos y prácticas en materia de movilidad que puedan ser replicables en otros estados. Steer presentó los beneficios de contar con un programa de mujeres conductoras, en el marco de la consultoría que está realizando para la GIZ.

Superar las brechas de género en el sector transporte requiere de una revisión completa de las barreras y condiciones que enfrentan las personas para acceder a diferentes ocupaciones y roles. La vinculación de mujeres a la operación del transporte público es una de las oportunidades en las que se están enfocando los esfuerzos de gobiernos nacionales y locales en la región. Lo anterior, considerando que en los sistemas de transporte que operan actualmente en las diferentes ciudades, la representación de mujeres operando es mínima, oscilando entre el 1% y el 3%.

La inclusión de mujeres como conductoras implica revisar minuciosamente los procesos de convocatoria, capacitación y desarrollo de funciones, identificando las barreras y limitaciones que puedan existir. Esto es fundamental para que las mujeres accedan a estos empleos en igualdad de condiciones. 

Esta tarea parte del interés de quienes gestionan y toman decisiones respecto a los sistemas de transporte público, y en particular de las empresas que asumen la operación en sus distintas condiciones. En ese sentido, el mensaje clave para abrir esta oportunidad es que no se tienen grandes requerimientos de financiación o modificaciones sustanciales en la operación a la hora de fomentar el empleo femenino en la conducción. En lugar de ello, la vinculación de las mujeres puede ser un proceso que suceda de manera espontánea, cuando ellas encuentren en las dinámicas y lugares del trabajo, las condiciones apropiadas para desarrollarlo en condiciones dignas y seguras. 

Experiencias en Jalisco, Bogotá, Santiago de Chile, entre otras, han demostrado múltiples beneficios. Para las empresas operadoras, las mujeres son más comprometidas, tienen un mejor desempeño, generan un mejor clima laboral y presentan una menor rotación o ausentismo. Además, una mujer al volante mejora la imagen pública. En términos de operación y servicio, las mujeres ofrecen mejor atención a los usuarios, son más empáticas y conciliadoras, mejoran la percepción de seguridad de mujeres y niñas usuarias, cuidan mejor la flota y tienen una menor tasa de accidentalidad.

Para las mujeres, un empleo de estas características brinda autonomía económica, estabilidad laboral, aumenta la autoestima al romper paradigmas, ofrece oportunidades de crecimiento profesional y personal y genera admiración en sus familias.

Los municipios y estados tienen la oportunidad de trabajar conjuntamente en estas iniciativas, apoyándose mutuamente mediante el intercambio de experiencias y lecciones aprendidas. El caso de Jalisco es un ejemplo completa de implementación que ha dejado importantes aprendizajes para las demás personas, y se espera que esta motivación impulse a más ciudades a incluir esta iniciativa en sus planes de acción.